Sunday, October 02, 2005

pequeñas conciencias

que se fueron las que se van
que se van sin decir, sin repetir
ni un poco de adios
ni un poco de Dios

que se van las que vinieron
sin pronunciar un nombre
sin nombrar la cosa
rosaditas de vergüenza por la cosa

que mis ojos se van lléndose
y llevando los delfines
de una mar embrabecida
lléndose sin llegarse
(sin llegar)

que de las ideas que quedan
en instantáneas imaginarias
siempre quedándose
hasta que se fueron.

Tuesday, June 21, 2005

the recognition of ghosts

bue, mientras las aves danzaban en el fuego
pude ver una sonrisa que dejaba un cierto gusto a sangre
en los labios del más apuesto.

eran los ojos de una mañana sombría
que entraban por mi ventana
y observaban mi desnudez en pleno auge

luna llena de octubre, marca las manos de frío
polvo de hadas, mentira deforme
tu muerte resucita mi virilidad

mis manos buscan libertad
jugando con las filosas palabras
un papel manchado del sol de invierno

un niño que sonrie el cadaver
y un puñado de tristezas que revuelcan mi momento
oí el grito, pero mu suerte estaba hechada

Thursday, June 09, 2005

hoy no estoy

sombras,
caigo en la humedad del silencio
pensando en rojas ofrentas para la vida.

un niño sentado al borde del viento
conversa con las horas sobre aquel beso
que extraña en cada canción de invierno.

No le digas que vine
él sabrá porqué.
no le dejes el muerto
nno sabrá que hacer.

regálale una risa
despertará del susto

sus pelos y su boca beberán el tiempo
ya nadie sabrá el olvido
la noche se hará carne.

Saturday, May 07, 2005

la radio canta lagrimas

caminar en silencio escuchando las ideas.
ideas que no llevan a ningún lugar pero que alcanzan para llenar un paseo nocturno.
una noche fresca, fría mejor dicho que muestra la cara del vacío de no tener un abrazo a donde correr.
Hoy se dibuja una mujer en mis manos, esa mujer que no he de besar esta noche. Pero es su rostro lo que hace un poco más pasajero el paso. Un cabello color noche, que se pierde entre el cielo, y un andar arrítmico que seduce mis ojos. Sin aviso le tomo la mano que colgaba pidiéndome a gritos que la enjaule en mi piel. Me toma fuerte y salta, salta como los niños. Canta, ríe. De repente gira y me pone la mano sobre mi boca. silencio me susurra, que los ángeles andan sueltos. Intento besarla pero sale corriendo antes de moverme aunque sea un milímetro.

Llegamos a una plaza y se sienta en el pasto bajo un sauce de tristes ramas. Soñamos que estamos despiertos e imaginamos mil mundos instantáneos. Pero ella grita y me abraza fuerte, con miedo -no me dejes por favor- me pide. No acá estoy -le digo-, ¿que pasa?; me llaman, escúchalos. Le acaricio la cabeza, en silencio hasta que siento que su cuerpo cede, se tranquiliza. Intento besarla, nuevamente. Pero en su locura se para y empieza a correr, y corre y corre hasta que se cansa. Me toma la mano y me dice, vamos a tu casa.

Otra vez la noche, el camino, mis pies, sólo dos, uno delante de otro, camino a donde conozco. Llego, abro la puerta, sin pensar en nada me tiro en la cama. Duermo.
al otro día solo puedo sentir ese perfume suave de las estrellas en mi cama.