Wednesday, February 16, 2011

de la cazadora, la presa y el hecho.

Como una abeja
enciende la vida
con caramelos ámbar

la luz transcurre
entre su mirada

Cada vida es un minuto
de esas horas,
la excusa perfecta
para desvelarse

Sincera la obviedad
de una vidriera antigua

Las zonas limítrofes
son fe de políticas,

Mientras mi límite se va
la barca usurpa la voz
para decantar nimiedades

Ella se mueve entre instantáneas
por corderos del pasado,
entre pasos,
roe una cordura, la suya.

Blande rotas pestañas
para incordiar nomás,
sin saber,
que de la noche
sus ojos beben la memoria

Por la mañana
no sabe el gusto del sol;
apenas asoma por la vida
para cerciorarse
de su desgracia de seguir viva.

Confundida todavía
traza un plan
que morirá al primer indicio.

Con labios feroces
puede esgrimir
palabras con punta
mientras esboza una sonrisa

Camina con levedad
apenas dejándose seducir
por la gravedad

Ociosas lágrimas
de su pesar caían,
Esos ojos
blandían una tarde

Con pezuñas en los dientes
brincaba sobre su suerte
en horas distintas.

mírame
como me baño de nuevo
entre los corderos de tu sueño
para que me digas de un golpe
que no soy piel de tu deseo

–bésame– repetía yo
ella repudiaba
y la noche lloraba oscuridad.




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notas de una historia inconclusa
esbozada en 2008.
Historias que dejan de tener sentido.