Friday, July 27, 2012

La pirámide tenía razón,
no iba a alcanzar el tiempo
para sazonar la canción correcta.
Era de esperar que quede en el silencio
con cara de perro mojado
mirándome la nuca tirándome patadas de insomnio.

Mientras se sacudían los viejos del 5 C
el olor a espaldas venías subiendo desde el jardín.
Es que las hormonas son tan jóvenes también.

En general no entiendo como se caen las fichas
hasta que te rompe el cebo una y te deja mal parado.

Tengo historias de poner el pie en la cuneta equivocada.
Así me fue con los fantasmas y las estaciones,
con la alergia a las madrigueras y las flores en temporada baja.

Hoy debería brillar en seco,
por el simple hecho de haberte preguntado tu nombre.
Para poder decir que mi cara de bobo tiene letras.
Pero no alcanza una pizca de valentía cuando se necesita una revolución.

Tal vez el tiempo le dio la razón,
pero te juro que no sabía nada, por eso le discutía.
Si hubiese aprendido a cerrar mejor los ojos y soñar boca arriba
el naufragio hubiese sido en primavera.
No sería tan grave.